Ayer mi hija tuvo 39.4 de fiebre durante toda la noche, le di acetaminofén cada 4 horas para bajar la fiebre pero nunca cedió. Ni salir corriendo al hospital público de mi ciudad que lejos de ayudar a mejorar la salud de mi hija esta podría empeorar pues sus servicios son pésimos, seguramente no había ni médico y mi hija sería atendida hasta en las horas de la mañana. Mejor nos quedamos en casa a vigilar su temperatura y seguir con la dosis de medicamento recomendada, paños de agua fría en la frente y piernas. Lo peor del caso es que se trataba de día sábado sólo había 1 pediatra que atendía en toda la ciudad, ya se imaginan que ciudad. Lo cierto es la fila que tuvimos que hacer para que mi hija pudiera ser atendida prendida en calentura y esperar 3 horas para que pudiéramos hacer la consulta. Para hacer más corto el cuento después de 2 horas de espera ingresamos, mi hija aun tenía 39.4 grados de temperatura, la doctora le dio un medicamento al parecer más fuerte porque le bajó rápidamente, no era acetaminofén, la comenzó a examinar y le hizo las preguntas de rutima, yo estaba un poco asustado porque la niña tenía manchas en su cuerpo similares a los de chikungunya, a lo cual la doctora dijo que nos traquilizáramos y que deberíamos hacer un hemograma para saber si lo que tenía la niña era algo viral o si efectivamente era chikungunya. Por suerte encontramos un laboratorio abierto, esperamos como 15 minutos y nos lo entregaron al instante. La doctora del laboratorio dijo y que al parecer no era chikungunya pues se miraba que tenía los glóbulos blancos aunque siempre dentro del rango de lo normal, pero sugirió que hiciéramos un examen de orina para descartar que fuera eso. Tomamos la muestra del pipí y esperamos los resultados, efectivamente era infección urinaria la que tenía mi hija. Nos indicaron el tratamiento para aliviar los síntomas de la infección de orina y mi hija ahora ya está mucho mejor Gracias a Dios.
